En su Web; Poli Vive
Hoy avanzo en mi camino de ser parte de este taller, donde la impronta profunda de Poli me admira y por qué no reconocerlo, me llena de pudor y sana envidia. En cada escrito de ustedes, en cada crítica, en la distensión del chat o en el cariño y legado que se percibe en su web, Poli vive.
Tuve el privilegio de conocerlo físicamente, primero con mi padre en Chile, más tarde en el círculo de amistad del exilio mexicano a través de mi madre, en esas veladas bien regadas y lúdicas. Pero al escritor, lo conocí en La Habana de los setenta de modo bastante peculiar, y es lo que quisiera compartir en esta ocasión con ustedes.
Allá disponíamos de excelente y variada literatura, a precios accesibles para cualquiera. Mis deberes de madre, trabajadora, estudiante y militante me dejaban poco tiempo, por lo que era ya un hábito establecido, leer en la “guagua” aprovechando las casi dos horas que demoraba el trayecto de mi casa a la escuela. Leer Más